Henri Rakotoson: ¡La unidad es la fuerza de las comunidades de Madagascar!
Henri Rakotoson es un líder muy activo en la defensa de los derechos de las comunidades locales a una vida digna mediante el acceso equitativo a la tierra, el agua y los otros dones de la naturaleza. Dirige acciones en su comunidad, pero también a nivel nacional en Madagascar. Sus palabras clave son: «estar al servicio de su comunidad y del país» y «compartir los factores clave del éxito con sus pares».
Henri comenzó su participación como jefe de Fokontany, es decir, como representante de la administración local, y en esto papel el dirigió las iniciativas de desarrollo dentro de su territorio. Su labor promovió diversas acciones de solidaridad comunitaria, seguidas del establecimiento de una organización comunitaria de base, con varios grupos comprometidos con la preservación y la gestión sostenible de un lago de 90 hectáreas y 45 hectáreas de restos forestales en la colina de Ambohitsokina. Cuatro comunidades ribereñas locales, que comprenden 340 hogares, trabajaron juntas para rehabilitar sus cuencas y el lago. Con el tiempo, se estableció un sistema de gobierno comunitario para asegurar la gestión sostenible del agua y la biodiversidad local. Otras comunidades de localidades vecinas se unieron a la primera y crearon la cooperativa FIFIMPAVA.
La cooperativa mejoró las fuentes de ingresos de los pescadores proporcionándoles acceso al mercado y control sobre el precio de los productos pesqueros. Mientras tanto, y gracias a la autodisciplina, la gestión sostenible y equitativa del lago ha mejorado las fuentes de ingresos de las familias agrupadas en la asociación de usuarios del agua. Las familias campesinas se benefician de algunas actividades de pesca, pero sobre todo del agua del lago para regar sus tierras de cultivo fuera de temporada. Durante el mandato de Henri, también se rehabilitó una escuela primaria pública y se construyeron dos nuevas aulas por iniciativa de la asociación de padres que él presidía. Así pues, las iniciativas comunitarias han garantizado medios de vida sostenibles a unas 3.500 personas y el acceso a la educación primaria a 250 estudiantes.
En un momento dado, Henri tuvo que defender ferozmente 25ha del espacio vital de su comunidad contra una granja supuestamente ‘moderna’, pero en realidad sólo contaminante, insostenible y para el beneficio exclusivo de un gran operador económico. Consiguió convencer a varios concejales para que se opusieran a este proyecto de explotación y pronunciaran la suspensión de este acuerdo entre su municipio y el operador económico. Durante casi seis meses fue víctima de represalias e intimidaciones por parte de las fuerzas del orden para conseguir que abandonara su resistencia… pero nunca se echó atrás y siguió defendiendo las tierras comunitarias en todos los organismos competentes hasta que ganó su caso.
Henri procede del mundo rural y mantiene a su familia con sus actividades pesqueras y agrícolas, al igual que todos los habitantes de su localidad y los miembros de su cooperativa, a 7 km de la ciudad de Antsirabe. Trabaja todos los días en la oficina de la cooperativa, después de pescar por la mañana y recoger el pescado para su venta en la oficina y los tres puntos de venta de la cooperativa. Pero Henri también está convencido de los méritos de la solidaridad y del hecho de que «la unidad es la fuerza». En 2012, se incorporó a la red nacional de administradores de recursos naturales de Madagascar denominada TAFO MIHAAVO, de la que llegó a ser Tesorero.
TAFO MIHAAVO es un movimiento para el reconocimiento de los derechos y responsabilidades de las comunidades locales en el gobierno y la gestión sostenible de la biodiversidad de sus territorios vivos. Convencido de la necesidad de asegurar la autonomía financiera de las comunidades locales que rigen sus recursos naturales, Henri facilitó el desarrollo de una red de cooperativas regionales basada en los principios de la valorización y el uso sostenible de los recursos naturales y los conocimientos técnicos locales. Con este fin, el continua a viajar por todo el país para compartir su experiencia y construir la capacidad de sus compañeros. Sus esfuerzos, que combinan la conservación de los recursos naturales y la autonomía financiera de las comunidades locales, son un modelo por seguir para asegurar à muchos una vida mejor y más sostenible en Madagascar.